Al desprevenido un consejo de importancia,
entregarle oportunamente es menester
pues aunque inofensivo le pueda parecer,
prefiera de éste tipo conservar distancia.
Adviértasele ante la beligerancia
de éste individuo que no podrá comprender
y que de malgenio siempre lo va a poner,
pues quisquilloso es en abundancia.
Lo podrá engañar con su diplomacia
pero con el tiempo lo va a indisponer.
Revelar su nombre no es mayor gracia
porque no es difícil de reconocer.
Con una palabra lo hará con eficacia:
cuando diga “Restrepo”, él le va a responder.
Tal cual!
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